19 de abril de 2016

PRESUNTAS NORMALIDADES

Nunca me ha gustado demasiado esa palabra - ‘normalidad’-, tal vez por la connotación de adocenamiento, de algo ‘clónico’, en esencia rutinaria. Es verdad  que otra vertiente suena más alentadora, casi balsámica, sobre todo cuando se ha vivido un tramo especialmente duro y se desea, de forma prioritaria, vivir con tranquilidad, cierta seguridad, por ilusorio que sea a veces el concepto.

De unos años a esta parte, por gusto por el lenguaje y por circunstancias varias, cuando asisto al chorreante flujo de noticias sobre abusos de poder e indignidades, a mentiras sin recato o corrupciones con respuestas casi impávidas por parte de personas de lo más ‘normal’ en apariencia, me planteo algunos usos de vocablos, y de qué manera.
Si atendemos a un significado cívico, hay valores deseables para la ‘normalidad’ social como el respeto, la empatía o generosidad con los demás, desde la supuesta plataforma de tratar de estar medianamente bien con uno mismo. Pero, claro, mientras tanto hay situaciones en las que muchísimas personas no pueden esgrimir voces ni legítimas defensas entre las junglas de asfalto donde competir unos con otros, no mostrar ‘debilidades’ e ‘ir tirando’ en ese caldo de cultivo donde apenas se repara en la empatía hacia lo ajeno.  Lo ‘distinto’, en un sentido despectivo, se sitúa casi siempre en circunstancias  de pobreza o  especial indefensión. Si    además se da un problema, algún trastorno de salud mental, la vulnerabilidad está servida doblemente. Mientras tanto, algunas líneas estrategas de   profesionales – por suerte, hay legión que no- con poder de difusión tienen un ‘cajón de sastre’  fácil en donde   abocar las cosas que no pueden entenderse, porque huelen a crueldad o a lo sencillamente inexplicable.

15 de abril de 2016

RENUNCIO A MI CONDICIÓN DE HUMANO

Hoy renuncio a mi condición de humano y solo seré un ser vivo viviendo en una galaxia.  Renuncio a mi condición de español, europeo, y todos los demás condicionantes desde ahora mi única patria es la galaxia en la que vivo. Renuncio a vosotros humanos (pero no a convivir con ustedes). No me puedo considerar  de vuestra especie atroz que destruye vidas como si fueran piezas de un ajedrez sin importancia por las piezas de esta jugada. No puedo comprender porque os matáis en nombre de un dios o ideología. Como podéis considerar daños colaterales la muerte de inocentes como podéis matar y mutilar la vida de centenares de vuestra especie porque así penséis que conseguiréis el paraíso. Como podéis hacer que miles de personas que huyen de la guerra no les deis la oportunidad de vivir y existir en vuestras casas que consideráis un país en paz (y que a lo mejor también sois los culpables al hacer armas que de algún modo llegan a las manos de los que hacen la guerra y ayudáis a algún bando por considerarlo ¿legitimo?) Y también como es que por dinero se puede hacer y conseguir cualquier cosa hasta incluso humillaros los unos a otros.  Renuncio.